La mayor parte de la primera ola de comic-books desde 1934 hasta 1938 consistió en tiras cómicas reimpresas. El objetivo de estos primeros comic-books era simplemente adaptar las tiras cómicas a un nuevo medio para exprimir las ganancias adicionales de las propiedades probadas: la lógica de la cultura recombinante menos creativa.
Estos comic-books eran antologías reimpresas pobladas con varios personajes e historias. Simplemente copiaban la diversidad de géneros de las tiras cómicas que se encontraban en la popular Sunday funnies, incluyendo humor, aventura, romance, detectives, ciencia ficción y western (...)
La primera ola de comic-books incluía a algunos editores que experimentaron con antologías de material original. Este enfoque, sin embargo, era menor en comparación con el uso de historietas reimpresas. Pero los comic-books del escritor pulp Mayor Malcolm Wheeler-Nicholson -New Fun (1935),
More Fun Comics (1936), and New Comics (1936)- son buenos ejemplos de cómo los primeros editores de comic-books tomaron prestado de la tradición pulp al crear material original. Estos cómics ofrecían aventura original, western, detectives, jungla, adolescentes y ciencia ficción. Wheeler-Nicholson también tomó prestados anuncios del pulp, como los de culturismo de Charles Atlas. Estos títulos, como la mayoría de los primeros comic-books, tenían algo para todo el mundo en la variedad de su material.
Una estrategia de género individual, sin embargo, emergió como el enfoque dominante en la segunda ola de comic-books que comenzó alrededor de 1939. Unos pocos comic-books de un sólo género aparecieron durante la primera ola. El comic-book de Wheeler-Nicholson publicado por primera vez en 1937,
Detective Comics, sigue siendo el más longevo que se publica actualmente en los Estados Unidos. La segunda ola también se vio impulsada por el material original, mientras más y más editores entraban en el negocio, ayudados por las nuevas tiendas de cómics. Orientadas hacia la creación de material original, las editoriales y las tiendas se apoyaron en gran medida en la cultura recombinante al crear nuevos títulos de un solo género. Los editores introdujeron una serie de géneros pulp durante la segunda ola de comic-books como aviación-aventura, misterio-detectives, crimen, western, guerra, ciencia ficción, jungla y adolescentes. La otra estrategia principal era directamente reciclar arte popular exitoso proveniente de la animación, revistas pulp, radio y películas en los comic-books. La mayoría de los cómics de western en la segunda ola, por ejemplo, provenían del reciclaje de tiras cómicas, la radio y el cine. La estrategia más creativa, sin embargo, no fue copiar o reciclar, sino la creación de un híbrido de géneros o fórmulas previamente exitosas. El nuevo género híbrido de los superhéroes fue el gran momento de innovación creativa en el campo de los cómics durante la Era Industrial.
National se convirtió en el líder indiscutible en la segunda ola de nuevos comic-books que generaron el auge del mercado a principios de 1940. El editor de pulp Harry Donenfeld era uno de los acreedores en la aventura editorial de Wheeler-Nicholson. Enfrentando dificultades financieras, Wheeler-Nicholson vendió sus intereses en 1938 a Donenfeld que creó la National Periodical Publications.
National publicó el cómic más importante de la historia de los cómics americanos. Action Comics # 1 se publicó en junio de 1938 y presentó un nuevo personaje de cómic llamado Superman. El éxito de Action Comics y su nuevo héroe de acción no se hizo esperar (...)
Superman fue sin duda un producto de la cultura recombinante: un nuevo híbrido nacido de la ficción pulp y el cómic. Los creadores de Superman, Jerry Siegel y Joe Shuster, eran jóvenes aficionados a la ciencia ficción y aspirantes a artistas de cómic. La ficción pulp ya había introducido héroes disfrazados en la ciencia ficción y tiras cómicas de detectives y revistas como Buck Rogers, Flash Gordon, La sombra y el Avispón Verde. Antes del éxito de Superman, Siegel y Shuster crearon personajes de cómic para Wheeler-Nicholson. Su talento en la cultura recombinante se hizo evidente en su serie
Dr. Occult, que combinaba hábilmente los personajes de tira cómica de Phantom y Mandrake el Mago. Fueran cuales fuesen las otras influencias que entraron en la creación de Superman, estaba claro que Siegel y Shuster estaban perfeccionando el arte de la cultura recombinante, soñando con la gloria del éxito pulp, y dieron en el blanco con Superman.
(“
Demanding Respect: The Evolution of the American Comic Book”. De Paul Lopes)