viernes, 12 de agosto de 2011

Joe Orlando

"Me involucré en mi trabajo y Carmine y yo nos hicimos muy buenos amigos, y todavía lo somos. En el curso de nuestra amistad discutimos nuestra filosofía de los comics y lo que pensábamos acerca de ellos, la forma en que se debían hacer, y por qué DC estaba en el segundo puesto tras Marvel. Parece que los editores de DC se acomodaron, viniendo de todos estos logros maravillosos, recibiendo crédito por la invención de los superhéroes y su mantenimiento, y actuaban como si nadie más pudiese hacer un superhéroe tan bien como ellos. DC demandó a Fawcett por el Capitán Marvel y ganó. Se sentían invencibles. Durante la crítica de la industria a la E.C. por arruinar el negocio, nunca se molestaron en leer a la E.C. y reaccionaban a lo que leían en los periódicos. Marvel les estaba dando una patada en el culo en los quioscos y nunca leían los comics de Marvel para analizar o intentar averiguar lo que la competencia estaba haciendo. Trataban a sus competidores con total desprecio. Hablabas con esta gente y no sabían lo que estaba pasando en el negocio, excepto en los tebeos de DC. Los editores tenían este pequeño gran club para caballeros: cada día un almuerzo de dos horas, se ponían parches de cuero en los codos de sus chaquetas de tweed, chupaban pipas vacías, y discutían los temas liberales de la época. Había un desprecio por el artista por parte de este exclusivo club de los escritores y editores, los artistas eran reemplazables.

... Tuve un artista muy bueno trabajando para mí, Tony DeZuniga. Otra razón por la que me convertí en un buen editor es porque me gustaba prestar atención a las personas que no sabían hablar inglés muy bien, pero que sabían dibujar. Cuando me mostraban su portafolio, nunca me dije que iba a ser muy difícil trabajar con este tipo porque no es de habla inglesa, pero los demás sí lo pensaban. Ese argumento, que es demasiado trabajo y tengo que llegar a casa antes de las 5:00 pm, no nos habría permitido tener a José García-López. Escribí cartas dando fe de él, tenía que encontrarle un lugar para vivir. Tienes que tomarte tiempo de tu propia vida, pero este tipo ahora va a hacer cualquier cosa por mí, no dejará DC, porque yo estoy ahí, y no irá a la Marvel, no importa cuánto le paguen -tenía un montón de ofertas- pero así es como se obtiene la lealtad y que se esfuercen al máximo por tí en los comics.

... La disposición física de DC alentaba un montón de ideas y una gran cantidad de interacción con los escritores y artistas, debido a que había una habitación que ellos llamaban la cafetería. Tenemos que dar el mérito por su creación a Carmine. En ella había una máquina de café y una máquina pequeña de bocadillos. Cada vez que querías tomarte un descanso de tu oficina, ibas allí e, inevitablemente, encontrabas a tres o cuatro escritores y artistas sentados a una mesa discutiendo sobre un personaje determinado o en busca de trabajo o molestándote para que tomases una decisión para crear algo nuevo y que pudiesen trabajar o dar una idea. Yo pensaba que era maravilloso. Ya no existe porque no sobra espacio, pero se trataba de un laboratorio de ideas".

Joe Orlando fue dibujante, escritor, editor y vicepresidente de DC Comics. Tambien trabajó para E.C., Mad y Creepy.

(Fuente)

1 comentario:

David dijo...

Muy interesante...
Con lo de "así es como se obtiene la lealtad y que se esfuercen al máximo por tí en los comics" me he quedado un poco...eeeeh... pero sí, claro.
Un saludo.