martes, 28 de octubre de 2008

La lección de anatomía

Estoy en mi apartamento y llueve. Me río. Me río a carcajadas. Algunos dicen que no es un sonido que produzca tranquilidad.



El General Sunderland libera a Jason Woodrue, el Hombre Florónico, de la prisión y lo traslada a su edificio privado en Washington. Se le encarga examinar el cadaver de la Cosa del pantano y descubrir el secreto de la fórmula Bio-Restauradora de Alec Holland. Woodrue detesta al viejo Sunderland pero está emocionado por la oportunidad de conocer más sobre la Cosa del pantano y sobre sí mismo.

Woodrue examina a la Cosa durante días; su propia naturaleza vegetal le da una certera visión de la estructura biológica de la criatura. Mientras lleva a cabo una autopsia rudimentaria descubre que el cuerpo de la Cosa contiene réplicas de órganos humanos como corazón, cerebro, hígado y pulmones, pero ninguno de ellos pudo nunca funcionar debido a la falta de verdadero material biológico. Su intuición y la casualidad le llevan a deducir que la Cosa del pantano no es Alec Holland como se creía. Woodrue explica a Sunderland su descubrimiento, comparando la naturaleza de la Cosa con la de los gusanos planarios. Cuando el cuerpo de Alec, empapado con la fórmula Bio-Restauradora entró en contacto con el pantano, las sustancias químicas reacionaron con los micro-organismos del entorno, produciendo un organismo distinto. Este organismo absorbió los recuerdos y la personalidad de Alec Holland, creyendo que era Alec Holland.



Sunderland muestra poco interés por los descubrimientos de Woodrue y mucho desprecio por su carácter científico, sólo le interesan las posibles aplicaciones comerciales. Despide al Hombre Florónico antes de que éste le pueda decir que la Cosa del pantano no puede morir de un disparo en la cabeza. Woodrue sabe que es sólo cuestión de tiempo que Sunderland lo devuelva a la prisión. Cuando Sunderland sale de su oficina, Woodrue usa el ordenador desde el que el general controla todo el edificio, desbloqueando las puertas de los laboratorios donde está la Cosa y desconectando el congelador que mantiene su cuerpo bajo cero.

La Cosa despierta y encuentra las notas de Woodrue. Siempre había creído que era Alec Holland, manteniendo la esperanza de encontrar un día una cura para su estado y volver a tener una vida normal. Al descubrir la verdad, se da cuenta de que no hay esperanza y cae en un desvarío frenético. La criatura persigue al viejo. El General tiene tiempo de llegar hasta la puerta principal, pero no puede abrirla porque Woodrue ha hecho que el sistema de reconocimiento digital no funcione. La criatura envuelve al viejo con su cuerpo vegetal y lo ahoga.



El segundo número de la serie ‘Saga of the Swamp Thing’ escrito por Alan Moore (#21) trajo un gran cambio para el personaje principal, para la serie, para la industria y para mí como lector. Se publicó en febrero de 1984, con guión de Moore, dibujo de Stephen R. Bissette y Rick Veitch y tinta de John Totleben. Ganó premios de la industria a la mejor historia del año y Moore al mejor escritor. El título, con su homenaje a ‘La lección de anatomía del doctor Tulp’ de Rembrandt, nos introducía en una historia barroca y tenebrista ya antes de empezar a leerla.

Esta es una de las mejores historias escritas por Alan Moore; tomó los guiones de una serie en decadencia y a punto de la cancelación y en el segundo número cambió el status quo de su personaje principal de un modo que no se había hecho nunca. En unos pocos números puso la serie en boca de todos. La etapa de Alan Moore en Swamp Thing a mediados de los 80 es una de las más importantes de la historia del comic. El trabajo de Moore en la serie llevó a DC a crear su sello ‘Vertigo’ para lectores adultos.

DC Comics permite que este comic se pueda descargar gratis en su versión original.

7 comentarios:

J. M. Beroy dijo...

"El nunca fue Alec Holland". Esta frase aún me da escalofríos. Que obra maestra.

Anónimo dijo...

Qué grandioso cómic, qué manera de redefinir un personaje, que dibujo más sobrecogedor.

Aquí dejo un post escrito por un tal tebeonauta sobre este cómic:
http://tebeonauta.blogspot.com/2007/03/lecin-de-anatoma.html

Bruce dijo...

Gran post ese. Ese tebeonauta sí que era un tío...

Anónimo dijo...

Con la gratuidad que se utiliza este apelativo hoy día (y yo el primero), Lección de Anatomía sí que es verdaderamente una POM, con mayúsculas, exclamaciones, fosforitos y todo lo que se quiera poner.

Anónimo dijo...

Con la gratuidad que se utiliza este apelativo hoy día (y yo el primero), Lección de Anatomía sí que es verdaderamente una POM, con mayúsculas, exclamaciones, fosforitos y todo lo que se quiera poner.

Anónimo dijo...

Pos sí.


Poco más que añadir salvo que es una lástima que cada vez resulte mas caro ver cómics de esa calidad. Claro que Moore sólo ha habido uno y el listón está muy alto. Como dice jle por duplicado una POM.

Yo tengo grabada toda la soberbia primera página.
Impacientes Saludos.

fer1980 dijo...

Pues si un comic cojonudo, en un solo número se da la vuelta al status quo de un personaje, dejando el frente despejado para escribir nuevas historias con enfoques totalmente distintos, la verdad es que hoy es dificil encontrar comic así (o como el Ruleta de Miller), tebeos que en una sola grapa narran una obra maestra.