sábado, 20 de febrero de 2010

La crítica de la crítica



La crítica que nos falta. La crítica que nos sobra

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que respetar a estos dos montruos de la historieta hispana, que son reflejo vivo de nuestras glorias y miserias. Uno como autor completo y el otro como editor. En ambos se dan los condicionantes que impiden a este país -léase España- ser algo, digamos, importante. Obsérvese la carga ideológica de ambos personajes. Carlos Giménez, cuya negativa y desprecio hacia todos los que publican en el sector de los comics americanos es bien conocida (creo que se negó a recoger un premio porque se lo habían dado también a Milton Caniff) y cuya radicalización ideológica le hace ver como un peligroso facha a cualquier cosa pelín más a la derecha que los estudiantes de la "Revolución cultural" de Mao, digo, este hombre -gran artista, por lo demás- no parece suficientemente dotado de objetividad como para dar lecciones morales sin que éstas puedan considerarse libres de sesgo.
Por otra parte, Joan Navarro, independentista rama rabiosamente independentista, del sector de los -montaría campos de concentración para castellanoparlantes- no parece tampoco muy cualificado para recordar viejas épocas de nadie, ya que su habitual incoherencia -como el Barça, quiere ser independiente, ¡pero que no hagan daño a los gatitos!- le lleva a publicar en un idioma al que desprecia públicamente. En esto gana Giménez en coherencia, de calle.
Esto por la parte mala, porque todos tenemos en mente todo lo bueno que han hecho -y es muchísimo- en el mundo del comic. Una obra inmensa el uno, a veces ideológicamente discutible, pero de una calidad contrastada y un trabajo de edición el de Navarro a veces arriesgado y otras veces necesario -especialmente en su vertiente de recuperación de clásicos a veces olvidados. Tengámosles paciencia y recordemos a las huestes de dibujantes que, a la chita callando y sin meterse con nadie -ni puñetera falta que les hace- están clavando no una pica ¡multitud de ellas! en los países donde el comic es -aún- un negocio. Prefiero pensar que el comic español mira el futuro a través de los ojos de estos jóvenes -y no tan jóvenes- que no juzgarán una obra por no ser suficientemente de izquierdas.

Bruce dijo...

Y sin embargo, en el artículo, Giménez habla con admiración de McCay y Milton Caniff.

Pero tiro para lo mío, y es que en internet leo muchas afirmaciones dogmáticas, taxativas, sin molestarse en explicar debidamente el porqué. No todos tenemos la cultura ni la capacidad de hacer una crítica debidamente razonada. Yo el primero.

Anónimo dijo...

Mira, en concreto fue el premio Emilio Freixas de Gijón en 1979. Aquí hay un artículo donde se hace mención:

http://www.tebeosfera.com/1/Obra/Tebeo/BuruLan/Zeppelin/ficha.htm

Yo creo que desprestigiar a la crítica es una actitud de elitismo cultural que no se dice bien con el manual de instrucciones del izquierdista bien entendido. No veo porqué alguien no puede decir lo que le plazca sobre una obra, siempre que sea sincero ¡y que al menos se la haya leido! (aunque, cuantas criticas no se habran hecho fallando estos dos postulados...). En esto y en otras cosas se basa la libertad de expresión, aunque ya sabemos que la libertad de expresión, para algunos, solo funciona en sentido único. Otra cosa diferente, claro, es la difamación y el insulto, que tienen contestación reglamentada en los ámbitos judiciales.
El endiosamiento del autor trajo cosas muy negativas al comic de este país, entre ellas su fracaso, allá por los 80. Giménez -entre otros- se salva porque su formación en el comic de agencia y sus referentes -no ideológicos- le enseñaron la forma correcta de hacer unas buenas -¡unas extraordinarias!- historietas.
A todo autor le jode una crítica negativa. Especialmente cuando se realiza desde el frikismo y la falta de análisis, pero no se puede pretender callar la opinión de la gente. Otra cosa es que un análisis crítico hecho por una persona con buen criterio y formación sea más agradable de leer que un comentario tipo:
-¡Pos vaya miesda de tebeyo!
Ojo, de todas formas, con la crítica concienzuda. Por suerte esto no es arte contemporáneo y si por algo me gusta el comic es porque cuesta mucho darle a la gente gato por liebre. Si algo no gusta, no gusta y ya se le pueden dar vueltas.
Amén, digo yo.

Lamasthu dijo...

Lo que ocurre es que a veces una crítica dogmática no está muy lejos del "A mi no me ha gustado" por muy bien que se vista. Esto sólo es una muestra de que a veces el lenguaje y la palabra más que unir acaba separando. Y ahora faltan los que critican al que critica a los que critican xDD

Anónimo dijo...

Tampoco hay que desdeñar el "a mi no me gustado" como fuente de información. Nos informa de que a un lector una obra no le ha gustado. En un mundo editorial cuya razón de ser es -convengámoslo de una vez por todas- vender tebeos, un "a mi no me ha gustado" debería hacer reflexionar tanto al autor como al editor. Si quien lo dice es una persona que tiene un blog digamos "no referencial" su opinión no irá más allá de un limitado círculo de asiduos.
¿No tiene derecho a decir: "a mi no me ha gustado"? ¿Porque no? Cuando me pregunta un amigo por una película -por ejemplo- yo no le hago una crítica, a no ser que tras mi: "no me ha gustado" me la pida.
Otra cosa es, y aquí si estoy de acuerdo con Mythos, es si queda bien o si es razonable o si es positivo incluso para él mismo, que un crítico reconocido como tal se limite a un "a mi no me ha gustado". A esa persona sí le exijo un nivel de análisis mínimo. Si no lo hace pierde, según mi criterio, credibilidad, que es lo mínimo que se le debe exigir a un crítico de lo que sea.
Doy por sentado que la gente no es tonta y sabe distinguir lo que es una opinión personal sobre la que se puede o no estar de acuerdo de lo que es un juicio crítico razonado o un simple exabrupto por manía o frikismo.

Que conste que a mi lo que opine Carlos Pumares sobre una película pues... me la suda, vamos. En cambio, tengo ciertos amigos desconocidos para el gran público que siempre la clavan.

Bruce dijo...

El 'a mí no me ha gustado' me parece perfecto (para un blog, el crítico se lo tiene que currar más). Es el dogma desnudo de crítica y razonamiento lo que no me gusta. Como un amigo después de ver 'Malditos Bastardos': "Tarantino está acabado". Eso es lo que me molesta.

Bruce dijo...

..lo decapité, claro.

David dijo...

Buuuuffff! Qué complicado.

Estoy con tu comentario, Bruce. Y ya que tú has dicho pri, yo el segundo.


Una cosa es una crítica basada en el gusto personal, y otra una basada en un análisis siguiendo determinados, no sé, parámetros... Aciertos o errores de narración racord, luz, montaje, o adecuación de esto o lo otro, para tratar de justificar al final por qué te ha gustado o no.
A mí no me gusta mucho hacer ni reseñas ni críticas de nada. Porque al final digo que algo me ha gustado y creo que es "mejor" tratando de explicar el motivo, pero sé que en el fondo es algo tan subjetivo y discutible como cuando alguien dice lo contrario, o lo mismo, aplicado a otros motivos o temas que a mí tal vez no me gusten.

Lo de Carlos y Milton. Eso ya es viejo. Me consta que Carlos, con el paso de los años vio aquello como un gesto un poco tonto o una tontería, pero situémonos en la época y se entenderá mejor.

Y sobre la cuestión del dogma. Es que a la gente nos gusta creer que tenemos la "verdad" de nuestro lado y nuestros gustos son los adecuados. No es cierto, claro (menos en mi caso).

Mo Sweat dijo...

Es un tema complicado. Es cierto que hay crítica muy facilona que suele poner a parir una determinada obra y que luego tu te lees la crítica y después la obra y te preguntas ¿realmente esa crítica era sobre esta misma obra?...

Por cierto, desconocía el affaire Giménez-Cannif. ¿Y porque lo hizo?... ¿estaba inmerso en plena fobia Toutain anti comic-book?, de todos modos Cannif no era precisamente uno de los autores defenestrados por Toutain.

Angux dijo...

Pues yo veo normal la crítica de Giménez, y el mosqueo (si es que lo hubo).
Un autor de comics (o lo que sea) trabaja durante muchas horas en su obra para que venga alguién (un referente en ese tema) y diga frescamente lo que piensa sin un mínimo análisis de los porqués. Habrá mucha gente que se deje influenciar por este y no le preste atención al tebeo.
Un "a mi no me ha gustado" lo veo medianamente bien para un blog como el mío, que no es referente de nada, pero no me parece correcto en uno más influyente, donde las palabras del autor de dicho blog son seguidas a pies puntillas por muchos consumidores. Este, debe dar más explicaciones, pienso yo.

RM dijo...

Si la crítica no es razonada, no es ni siquiera opinión, ni gusto: es chisme.

J. M. Beroy dijo...

Las críticas, je... Recuerdo cuando un tipo dueño de una librería de San Francisco escribió en el blog de la tienda, a propósito de un tebeíto que yo había dibujado: "Solo sirve para limpiarse el culo".
En inglés, que jode más.
Yo pensé que la última cosa que usaría para limpiarme el culo sería un comic, especialmente cuando las páginas son de papel couché. Siempre se pueden mojar para que se pongan blanditas, eso si, como hacíamos en mis tiempos con el papel "Elefante", pero nunca podrían superar la tersura del Scottex, eso jamás.
También pensé otras cosas. No valía la pena hacerse mala sangre sobre el tema. Las cosas importantes deben hacerse fríamente, con calma.

Tomé un vuelo a San Francisco.

Allí conseguí una 45. No me fue dificil, a los dibujantes de comic nunca nos niegan nada en ninguna parte.

Encontré la tienda, en el 300 y algo de Divisadero Street. Allí estaba el pequeño mamonazo. Sólo. ¿Quién querría estar con un tipo que se limpia el culo con tebeos? Le expliqué porqué estaba allí y lo que iba a hacer, pero como mi inglés es malísimo el creyó que venía a limpiar las ventanas.
Daba igual, pronto el brillo de mi arma le recordó que las críticas han de ser razonadas. Siempre.

Creo recordar que el cabroncete suplicó, incluso me ofreció varios lotes de tebeos. Le dije, imitando en lo posible el rictus de Harry: ¡yo no me limpio el culo con tebeos, cerdo! ¡Antes el Colhogar!

Apreté el gatillo.

Y terminé el problema.
Así que no se diga que no acepto una crítica.

Uno de dos dijo...

Lo que yo conozco de los boletines del Club de Amigos de la Historieta eran pequeñas notas sobre novedades que avisaban de la salida de albumcetes junto a una historieta y una ficha sobre el autor. Pero en ninguno de los que yo tengo aparecen reseñas o críticas. (Que alguien se robe una.)
Hay un artículo de Giménez respondiendo a la nota aparecida en un periódico sobre el Frank Cappa de Manfred Sommer que me gusta más que este. Tal vez, sea un ejemplo mejor que el de esa reseña o nota. De todas maneras lo de una crítica científica siempre ha sido algo muy nebuloso, si empezamos a arrancar páginas de revistas españolas, argentinas o cubanas nos podemos asustar. Y con muy poco, ayer mismo estuve revolviéndome con la CLinea, revista de Corte socialista (con cortes y recortes españoles) que aún puede ser considerada científica según la mire un quien o un otro. En verano me tragué el cientifoide Superman dorfmaniano... ¡Es complicado encontar libros sobre la historieta!, y una página de periódico o cuatro en una revista no son nada para todo lo que puede contar un historietólogo (¡jejee!, palabra hermosota). El crítico que no te lleva a un lugar poco conocido dentro del mapa de un autor puede aplicarte una plantilla de color distinto al de tus lentes. Hoy creo que hasta el de las gafas más viejas, el crítico de método divino, el crítico de fabulón, y el que esta solo de paso al cabo de las perlas más pesadas pueden ser interesantes. De todas maneras, lo que me recuerda este artículo es el Comicsarias de Altarriba y Remesar; la segunda parte, con todas aquellas peleas y revueltas sobre la oponión en la opinión y la crítica sobre la crítica.
Con signación zodiacal o duros análisis del mitocondrio semiológico, pero yo: ¡Quiero más libros!

[He terminado el de Fernando Fernández (Memorias ilustradas), tiene cosas de esas que te interesaban sobre el sentimiento, el oficio y la insensatez genial y pobre de aquellos tiempos. Le he dado ocho solaster papossum.]

PAblo dijo...

Yo creo que toda critica desde el " a mí me ha gustado" hasta el análisis técnico más concienzudo debe ser admisible por cualquier artista con ganas de mejorar en su campo o que simplemente tenga la suerte de exponer o editar su obra.
Es una de las inconveniencias que se asumen y si la teme o no le gusta lo mejor es que ni se moleste en mostrar su trabajo.

Otra cosa es la crítica destructiva que se ceba en la obra y las personas sin encontrar nada positivo. Esta última me parece una mala crítica y creo que es tan mala como la excesivamente elogiosa. No creo ni en una ni otra.


Impacientes Saludos.