"Muchos años han pasado desde las hazañas que voy a relatar para mayor gloria de mi señor Thor y el terrestre Walter Simonson, oh nobles, pero un oscuro maleficio, sin duda obra del envidioso Loki, pesaba sobre mí, enturbiando mis recuerdos y atando mi lengua. Ahora, por la gracia de Odín, padre de todos, mi mente ha recuperado la agilidad de antaño, y soy al fin libre de contar los fantásticos sucesos que amenazaron a Asgard y Midgard en el siglo pasado.
En la Tierra, Sigurd oye a alguien decir su nombre en la lengua de los antiguos, se transforma en Thor y vuela hasta la Antártida. Allí descubre un valle, habitable gracias al calor de un volcán, y una aldea parecida a las de los antiguos vikingos. La aldea está vacía y abandonada; al ver una entrada en la falda de la montaña, Thor entra por ella para, tras sortear diversas trampas, encontrar un gran guerrero, que le arroja su lanza, Thor la esquiva y golpea el casco del guerrero, que resulta ser un viejo que le pide que lo mate.
Su nombre es Eilif el perdido y los padres de sus padres encontraron el valle, las trampas de la montaña les servían para probarse como guerreros, ya que no tenían enemigos. Eilif quería engañar a Thor para que lo matase y ganar así su entrada en Valhalla. Thor le dice que su destino ahora ya no está en sus manos, los dioses del norte han contestado a la llamada y ahora su vida pertenece a Thor.
Mientras, el dragón Fafnir está en Nueva York llamando al hijo de Odín y empieza a destruir edificios. Thor dice a Eilif que sólo Odín y las Valquirias pueden decidir quién va al Valhalla.
Thor elige a Eilif como escudero para luchar contra Fafnir, luego llama a Odín, quien manda al caballo volador Cloudrider y el carro de Thor tirado por Toothgnasher and Toothgrinder. Eilif está impresionado y empieza a perder su coraje, pero Thor llama al guerrero que desafió al campeón de Asgard.
Eilif se levanta y toca el martillo Mjolnir, que le devuelve la fuerza de la juventud. Antes de partir hacia Nueva York un viejo caminante bendice la lanza de Eilif y desaparece..."
4 comentarios:
Bellísimo ese fragmento del Thor de Simonson, en concreto de la Guerra de Surtur. Todo su Thor es un canto a la vida, la fantasía y la epicidad, en definitiva a todo lo que debería ser Thor. Es el autor que mejor lo ha entendido sin lugar a dudas. Cada viñeta de este cómic encierra una felicidad.
Pedazo de cómic, sí señor. Simonson es muy grande, y su Thor una maravilla, y éste uno de sus mejores momentos.
Aún falta lo mejor...
Sí que es grande esta historia, muy grande.
Yo me estoy dejando una pasta en los BoMe estos, pero es dinero bien invertido, sí señor.
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