¿Por qué decidiste meterte en el mundo del comic y convertirte en guionista de comics?
Me estaba muriendo de hambre. Siempre me han gustado los comics. Desde que tenía 6 o 7 años. Había descubierto los comics americanos a los 7 años. Más tarde empecé a apreciarlos como forma de arte, y me dí cuenta de que incluso con excepciones gloriosas como Will Eisner, Harvey Kurtz... este era un campo que estaba bastante inexplorado. Su gran obra aún estaba por llegar en ese momento.
Y yo trabajaba para un subcontratista de la Junta del Gas. Un trabajo de oficina miserable. Esto fue a finales de los 70. Había pasado a través de una serie de puestos de trabajo bastante miserables después de mi salida apresurada de la escuela de educación secundaria en la que estaba.
¿Por qué te expulsaron?
Vendía ácido. Eran los 60. Yo tenía 17 años. Venderlo en la escuela era mucho mejor que el plan A, que era arrojarlo en el suministro de agua. Deberían haber considerado eso. Lo que pasa es que el director no compartía mi visión humorística del incidente. Y no sólo me expulsó de la escuela, si no que fue a todos los centros de formación, universidades y escuelas de arte, les escribió y les dijo que yo era un cáncer que reptaba por la moral de todos sus alumnos y que no deberían admitirme. Y claro, cuando empecé a pedir trabajo, querían una referencia de alguna escuela. Quiso asegurarse de que a partir de los 17 años no volviese a hacer nada durante el resto de mi vida. Lo que parece un poco despiadado para un chico de 17 años. Vale, así que era un sociópata de 17 años.
¿Dónde está ahora? ¿Ha vivido lo suficiente para ver tu éxito?
Se ahorcó. Pocos meses después. No tuve nada que ver.
Ese fue el final de mi carrera escolar, lo que no me dejó muchas opciones. Los únicos trabajos que podía conseguir eran los que incluso los ex-presidiarios pueden tener. La bolsa de trabajo en los astilleros o limpiador de un hotel. Y luego un precario apoyo en un trabajo de oficina, mal pagado, pero al menos era bajo techo. Y con 24 años tenía una mujer. Y pensaba, siempre he querido hacer algo creativo con mi vida, como escribir. Y si no lo hago ahora, seguiré en esos trabajos miserables cuando tenga 50 años, con un montón de lamentos. Y eso me aterrorizaba. Así que decidí que iba a dejar el trabajo e intentar ser un artista. En cuanto dejé el trabajo, mi mujer anunció que estaba embarazada. En ese momento tenía que decidir: dejar un trabajo seguro y lanzarte a esta terrible inseguridad con un bebé en camino. Me dí cuenta de que una vez llegase el bebé y me estuviese mirando con esos grandes ojos hambrientos, nunca tendría el valor de dejar el trabajo. Así que cuando me volvieron a ofrecer el trabajo, dije: no, me voy.
Luego pasé un año en la tierna misericordia del sistema británico de seguridad social. Y finalmente me las arreglé para conseguir un trabajo haciendo una tira semanal de media página en uno de los periódicos británicos. Entonces dibujaba, tenía ilusiones de ser un artista. Hacía una pequeña tira cómica en uno de los periódicos locales de Northampton. Eso me proporcionaba unas dos libras más a la semana de lo que ganaba en la seguridad social. Esa fue una buena excusa para convertirme en un hombre de provecho. Y lentamente me dí cuenta de que no dibujaba muy bien, ni lo bastante rápido para poder ganarme la vida con ello, pero había aprendido algo sobre contar una historia en imágenes. Así que llamé a un amigo mío, Steve Moore, sin relación familiar conmigo, que ha sido guionista de comic desde los 16 o 17 años. Y le pedí que me contase cómo trazar el guión básico, cómo empezar. Y envié algunos guiones a la Marvel británica, 2000 A.D... y empezó desde ahí y más o menos continuó.
Me estaba muriendo de hambre. Siempre me han gustado los comics. Desde que tenía 6 o 7 años. Había descubierto los comics americanos a los 7 años. Más tarde empecé a apreciarlos como forma de arte, y me dí cuenta de que incluso con excepciones gloriosas como Will Eisner, Harvey Kurtz... este era un campo que estaba bastante inexplorado. Su gran obra aún estaba por llegar en ese momento.
Y yo trabajaba para un subcontratista de la Junta del Gas. Un trabajo de oficina miserable. Esto fue a finales de los 70. Había pasado a través de una serie de puestos de trabajo bastante miserables después de mi salida apresurada de la escuela de educación secundaria en la que estaba.
¿Por qué te expulsaron?
Vendía ácido. Eran los 60. Yo tenía 17 años. Venderlo en la escuela era mucho mejor que el plan A, que era arrojarlo en el suministro de agua. Deberían haber considerado eso. Lo que pasa es que el director no compartía mi visión humorística del incidente. Y no sólo me expulsó de la escuela, si no que fue a todos los centros de formación, universidades y escuelas de arte, les escribió y les dijo que yo era un cáncer que reptaba por la moral de todos sus alumnos y que no deberían admitirme. Y claro, cuando empecé a pedir trabajo, querían una referencia de alguna escuela. Quiso asegurarse de que a partir de los 17 años no volviese a hacer nada durante el resto de mi vida. Lo que parece un poco despiadado para un chico de 17 años. Vale, así que era un sociópata de 17 años.
¿Dónde está ahora? ¿Ha vivido lo suficiente para ver tu éxito?
Se ahorcó. Pocos meses después. No tuve nada que ver.
Ese fue el final de mi carrera escolar, lo que no me dejó muchas opciones. Los únicos trabajos que podía conseguir eran los que incluso los ex-presidiarios pueden tener. La bolsa de trabajo en los astilleros o limpiador de un hotel. Y luego un precario apoyo en un trabajo de oficina, mal pagado, pero al menos era bajo techo. Y con 24 años tenía una mujer. Y pensaba, siempre he querido hacer algo creativo con mi vida, como escribir. Y si no lo hago ahora, seguiré en esos trabajos miserables cuando tenga 50 años, con un montón de lamentos. Y eso me aterrorizaba. Así que decidí que iba a dejar el trabajo e intentar ser un artista. En cuanto dejé el trabajo, mi mujer anunció que estaba embarazada. En ese momento tenía que decidir: dejar un trabajo seguro y lanzarte a esta terrible inseguridad con un bebé en camino. Me dí cuenta de que una vez llegase el bebé y me estuviese mirando con esos grandes ojos hambrientos, nunca tendría el valor de dejar el trabajo. Así que cuando me volvieron a ofrecer el trabajo, dije: no, me voy.
Luego pasé un año en la tierna misericordia del sistema británico de seguridad social. Y finalmente me las arreglé para conseguir un trabajo haciendo una tira semanal de media página en uno de los periódicos británicos. Entonces dibujaba, tenía ilusiones de ser un artista. Hacía una pequeña tira cómica en uno de los periódicos locales de Northampton. Eso me proporcionaba unas dos libras más a la semana de lo que ganaba en la seguridad social. Esa fue una buena excusa para convertirme en un hombre de provecho. Y lentamente me dí cuenta de que no dibujaba muy bien, ni lo bastante rápido para poder ganarme la vida con ello, pero había aprendido algo sobre contar una historia en imágenes. Así que llamé a un amigo mío, Steve Moore, sin relación familiar conmigo, que ha sido guionista de comic desde los 16 o 17 años. Y le pedí que me contase cómo trazar el guión básico, cómo empezar. Y envié algunos guiones a la Marvel británica, 2000 A.D... y empezó desde ahí y más o menos continuó.
Principio de una entrevista del 2001, extraído de aquí.
Esa foto tan chula es de 1985-86. La encontré aquí.
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4 comentarios:
Menos mal que encontró un camino creativo. Para que luego digan de los que hacen cosas por dinero. Se pueden hacer las cosas por dinero bien hechas o mal hechas.
Impresionante! Un auténtico dios del comic y de la cultura en general, y que podría haber acabado descargando camiones en un puerto! Bueno, Beethoven era sordo!!
Jodo, tienen miga las respuestas.
Sin lugar a duda tiene mucho que contar, ya sólo con su vida.
Creo que es un artista muy agudo, pero leyendo esto veo que no le quedó más remedio.
Siempre me encanta leer entrevistas a este personaje porque son de lo más entretenidas. Es como ir a una convención, salvando las distancias, de Kevin Smith. Te lo pasas bien.
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