jueves, 10 de septiembre de 2009

Marvelman

P: Lo has llamado "un cáliz envenenado" -y ciertamente lo ha sido desde un punto de vista jurídico- pero para un montón de aficionados al comic, es el santo Grial. En parte es porque no ha estado disponible durante muchos años. La serie no se reedita y tienes que acudir a mercados secundarios, como EBay. Y sobre todo es porque es una asombrosa historia postmoderna de superhéroes. Mucha gente cree que con Marvelman empezó lo que se ha dado en llamar la Era Moderna de los comics, al reinventar los superhéroes. Una tendencia cuya creación se te atribuye y que empieza aquí y continúa con Watchmen. Ha dejado un legado problemático a su paso, pero todavía es una obra sorprendente que un montón de fans no han sido capaces de leer.

Alan Moore: Bueno, gracias. Creo que en términos de mi revisión de los superhéroes, probablemente Watchmen fue más coherente, conceptualizado en que yo llevaba algunos años jugando con estas ideas cuando la comencé. Me había hecho una idea mucho más clara de cómo podría expresar el tipo de conceptos que se me habían ocurrido. Con Marvelman fue un proceso mucho más espontáneo.

Me hice una idea vaga de que había una manera de hacer los superhéroes más apasionante y más intensa que la forma en que se estaba haciendo en ese momento. Coger un personaje como Marvelman fue algo que realmente puso a prueba un montón de mis teorías sin comprobar, porque desde el primer momento tienes el problema de que el personaje es ligeramente ridículo. Las normas de la década de 1950 y comienzos de 1960 eran muy, muy diferentes a todo lo que vemos hoy en día, al menos en términos de comic británico. Tenías personajes de cuento de hadas o científicos super-villanos de otro planeta encontrándose con Marvelman, y todo esto era, al parecer, completamente coherente y lógico. ¡Nadie se preocupaba por la coherencia en aquel entonces! Y, sin embargo, me acerqué al personaje pensando que sería arrogante decir simplemente: "Bueno, ninguna de estas historias anteriores ocurrió y voy a contar una historia completamente renovada”.

No tendría sentido hacer esa historia de Marvelman, porque lo importante es aferrarse a la continuidad original. Pero pensé que podía tal vez ser reinterpretada de tal manera que haría al personaje mucho más creíble y mucho más complicado. Entonces, miré esas ridículas aventuras de cuento de hadas y pensé, "Bueno, esto claramente no pudo haber sucedido. Y, sin embargo, esto es parte de la continuidad de Marvelman. ¿Qué pasa si esto sucedió en su mente de alguna manera? ¿Y si estaba pasando algo totalmente diferente?"

Y, poco a poco, probablemente apoyado en gran medida en Philip K. Dick, se me ocurrió la idea de estas personas que permanecieron en un estado de sueño, con sueños programados, por un número de años. Y pensé que eso explicaría las historias más extrañas de las décadas de 1950 y 60. Y entonces empecé a pensar si había alguna forma semi-científica en que una persona pudiese cambiar de un cuerpo a otro con la pronunciación de una palabra mágica. Marvelman evolucionó a partir de ahí.

Debido a que tratamos de situarlo en un mundo lo más realista posible, encontramos que todos los aspectos de la vida del personaje, nos presentaban nuevas preguntas. Si los superhéroes eran reales, ¿cómo serían entonces sus relaciones con sus seres queridos, sobre todo en el caso de un personaje como Marvelman, que es, literalmente, dos personas completamente separadas? ¿Habría ramificaciones psicológicas por ser siempre la parte junior -ser siempre el Billy Batson, que tiene que decir la palabra mágica y convertirse en el superhéroe invulnerable para poder lograr algo? Eso podría afectarte después de un tiempo.

Empezamos a pensar en esas ramificaciones. También pensamos acerca de las ramificaciones políticas de algunas de estas cosas. ¿Cuál sería el papel del gobierno en todo esto? ¿De dónde proviene, para empezar, esa tecnología extraordinaria que puede dar a alguien otro cuerpo al decir una palabra mágica? Toda la continuidad de Marvelman empezó desde ahí. Y enseguida empezamos a pensar acerca de por qué Marvelman ha estado inactivo todos estos años. ¿Qué les pasó a sus antiguos sidekicks? Todos estas cosas presentaban tantas posibilidades de narración de historias interesantes, que empezamos a avanzar. La tira progresó a través de su encarnación en la revista Warrior y luego estuvo a cargo de Chuck Austen y Rick Veitch, y entonces ese último libro maravilloso con John Totleben, y fue principalmente por estar trabajando con John, que concebí un enfoque muy diferente para el tercer libro. Se dice mucho más en los recuadros explicativos, lo cual tiende a significar que puedes embutir un montón de acontecimientos pero no hay el mismo sentido de acción continua que puedes tener en algunos de los libros anteriores. Usé este tipo de escritura deliberadamente para que las historias se ajustasen al hermoso estilo de John.



Alan Moore cuenta su manera de acercarse a Marvelman. Esta es una de las cualidades del mago británico que más aprecio, su respeto a la continuidad de un personaje y su forma de entenderla no como unas cadenas que cohartan su libertad creativa, sino como una semilla que en sus manos da unos frutos totalmente sorprendentes. Moore coge todo lo que creíamos saber de un personaje y lo vuelve del revés mientras los lectores, con la boca abierta, sólo podemos decir: 'Wow'.

Otro de sus trabajos sobresalientes en este sentido es la Lección de Anatomía en the Swamp Thing, del que ya se habló aquí.
.

3 comentarios:

Lamasthu dijo...

Sí, eso es uno de los aspectos que convierten en un genio del cómic a Alan Moore ya que el concibe el cómic de una manera que pocos autores más han conseguido. Imagino lo que Alan Moore podría haber hecho en el lugar de desastres como el One More Day de Joe Quesada o casos similares y sólo puedo que aplaudir la forma que el aborda personajes de este tipo. Que ganas de que por fin se publique Marvelman aquí y poder leerlo.

Jaime Sirvent dijo...

Unos,como Bendis, se pasan la continuidad por el forro de los cojones para luego no contar una mierda, mientras que Moore se sirve de ella, la retuerce y la presenta como algo totalmente nuevo, por algo Moore es un genio y Bendis es un.... ejem.

J.A.Rubio dijo...

Lo realmente genial de Moore es que cada obra la aborda como se debe desde el punto de vista de lo que quiere contar, algo que sin duda deberian aprender todos los que quieren contar algo, pero eso necesita de un estudio previo, una planificacion... Pero todo eso cuesta trabajo y es mucho mas sencillo limitarse a calcar argumentos que han triunfado(a veces impuestos por la inmediatez de los resultados que pide la editorial, que no siempre es culpa de los guionistas) y asi pasa lo que pasa.