Satana: Un Fuego en el Infierno

Harold Johnson era representante comercial en la zona del sur de California para la Compañía manufacturera Orgeon, y engañaba a su mujer en esa misma zona. Rondaba los cuarenta y se estaba quedando calvo, con sobrepeso corporal y subdesarrollo emocional, cada vez se le hacía más difícil conseguir una cita. Prefería San Diego, Santa Barbara, o incluso San José, -donde podía encontrar esposas aburridas y viudas solitarias-, a Los Ángeles, donde todavía no había encontrado una sola chica que aparentara más de 18 años. Estaba a punto de darse por vencido en el club cuando una ardiente pelirroja con ojos de gato le tocó el hombro, le dijo que se había fijado en él, y le preguntó si quería dar un paseo. Él la siguió inmediatamente a la calle, y después de un corto paseo, ella sugirió parar en un callejón cercano donde pudieran conocerse mejor. La mujer tiró de él, atrayéndolo hacia sí, susurrando: "Bésame". Temblando por la excitación, el hombre obedeció.

¡Dos segundos más tarde trataba de gritar! Todo fue muy rápido. La piel de su cara se secó y formó multitud de arrugas y pliegues, la carne de sus huesos pareció marchitarse, y en diez segundos, Harold quedó reducido a un cadáver que no se parecía a nada remotamente humano.

La mujer, Satana, se levantó de lo que había sido su cara, se quitó de los dientes la pequeña mariposa que se retorcía y que había sido su alma y la dejó ir riéndose, mientras la mariposa se alejaba aleteando.

Haunt of Horror #2, Julio 1974 (Gerry Conway, Pablo Marcos)