Horatio Hellpop recibió sus poderes como Nexus de un alien llamado el Merk. Como pago, Nexus debía buscar y matar a asesinos en masa. Cuando el Merk seleccionaba al objetivo, Nexus sufría fuertes dolores de cabeza y sueños angustiosos sobre los crímenes de su objetivo hasta que cumpliera con su deber. Horatio no quería ser una herramienta del Merk, pero debía hacerlo para librarse de los sueños y la angustia.
El padre de Horatio era un militar que gobernaba el planeta Vradic. Un levantamiento religioso dirigido por su cuñado amenazó con derrocar al gobierno, que él había recibido la orden de defender a toda costa.
Hellpop detonó una bomba y destruyó el planeta, matando a millones de personas, luego pilotó una cápsula de escape con él y su esposa hacia un agujero de gusano que los llevó hasta Ylum, donde Horatio nació.
Cuando Horatio creció, el Merk influyó en él a través de unos amigos aparentemente imaginarios llamados Alfa y Beta. Horatio comenzó a soñar con los crímenes de su padre. Durante su agonía, Alfa y Beta le revelaban sus deberes como Nexus para poner fin a su sufrimiento: la ejecución de su propio padre. Sin embargo, Horatio los culpó por la muerte de su madre, al perderse en los túneles del planeta, y los mató usando por primera vez su poder.
Con gran angustia y sin saber que su padre estaba al borde del suicidio, Horatio llevó a cabo la ejecución.
Tras una ejecución posterior, Horatio llevó a los prisioneros de su víctima a Ylum para protegerlos, convirtiendo su planeta en un refugio para la gente que iba recogiendo en sus 'viajes'.
5 comentarios:
Un clásico absoluto, una obra maestra del cómic que debería estar en cualquier tebeoteca que se precie. Baron y Rude están sublimes.
Totalmente de acuerdo, tengo que volver a releerla.
Este tebeo lo descubrí cuando todo mi universo comiquero era la Patrulla-X, y os podeís imaginar... fue como un mundo nuevo que se abría ante mí.
Tengo la edición antigua de Tebeos SA y, por supuesto, me estoy haciendo con la edición de Norma. Coincido, sublime.
No pensé que me fuera a gustar tanto cuando me lo regalaron. De hecho pensé que era una mierda (ojo, no tanto como una ensaladera)... Luego lo leí del tirón. Dos veces. ¡Besicos, Bruss!
Besicos y ensaladeras..
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