martes, 23 de junio de 2009

Yo sigo existiendo



"El Increíble Hombre Menguante" (1957) basada en otra novela de Richard Matheson. Al final de la historia, el protagonista, que cree que va a encoger hasta desaparecer, llega a la misma conclusión que Silver Surfer: Hay mundos microscópicos dentro de otros mundos.

7 comentarios:

Etrigan dijo...

Joder! Ese final siempre me ha acojonado. Lo ví de crío y nunca lo he olvidado. Ya no se hacen películas como ésta. Ahora todo son efectos especiales molones y explosiones a todo meter.

Crowley dijo...

Coincido con Etrigan, un gran final para una gran película como ya no se hacen. Q bueno Jack Arnold y que grandiosa la inventiva de los efectos de antaño.
Saludos

Jaime Sirvent dijo...

Ese final es absolutamente estremecedor, bueno, como todo el tramo del sótano. Eso sí es atrapar al espectador y lo demás son tonterías.

Muy bien hilado lo de Estela plateada, mundos dentro de mundos,xD

J.A.Rubio dijo...

Una curiosa coincidencia en dos maravillosos clásicos, ambos imprescindibles en sus respectivas areas.

Osukaru dijo...

Agh!!. Me has hecho spoiler!... Maldito!.

Bruce dijo...

50 años después del estreno deja de considerarse spoiler y pasa a considerarse pardillo al que no la haya visto :p

Osukaru dijo...

Y eso de los 50 años quien lo dice?. >:(