Con este post sobre el más bizarro de los personajes clásicos de la Fleetway, damos por concluido este repaso nostálgico. Aunque no acaban aquí los comics británicos con solera, aún me guardo alguna sorpresa...
Dolmann es un cómic británico que se publicó en la revista Valiant. La serie semanal duró de 1966 a 1973. Eric Bradbury dibujó la mayoría de las historias.
Dolmann trataba de las aventuras del inventor Eric Dolmann en su lucha contra el crimen. Creó un grupo de robots que parecían muñecos de ventrílocuo, cada uno con habilidades especiales, y los utilizó para luchar contra la delincuencia. A mí no me quedó claro si los robots tenían personalidad propia o si era siempre Dolmann usando sus dotes de ventrílocuo y, dado que discutían entre ellos, estaba trastornado. Dolmann mantenía su identidad secreta, y cuando no luchaba contra la delincuencia, tenía un pequeño negocio de reparación de marionetas y muñecos mecánicos y otros servicios. Dolmann luchaba por lo general contra pequeños delincuentes o pandilleros extorsionistas.
Poderes: Ventrilocuismo y un ejército de muñecos robóticos. Aparentemente controlaba a los muñecos usando un aparato que llevaba en el cinturón.
Algunos de los robots de Dolmann:
* Togo - Luchador de Sumo.
* Raider - Comando británico, llevaba una pistola.
* Astro - Piloto del Dolmobile, la nave de Dolman.
* Mole - Diablo con garras en lugar de manos, utilizado para las operaciones de excavación.
* Micro - Superhéroe que podía volar, con un transmisor de radio.
* Elasto - Gimnasta, este robot podía estirar sus extremidades.
* Giggler - Bufón, este robot se usaba para distraer a los criminales.
* Trailer - Robot con linternas en los ojos, utilizado para realizar el seguimiento de villanos.
* Metallo - Se convertía en cualquier cosa
Dolmann aparece brevemente en la serie del Capitán Britannia y en 'Albion'.
4 comentarios:
Pues sí que lleva equipaje el 'Albión'. ¿Hay que ir preparándole un huequecito?
Yo convertiría a Dolman en homosexual (viejecito, algo barrigudo y con bisoñé), su hermana moriría y él tendría que ocuparse de su joven sobrino (su padre nunca lo reconoció, al parecer era un capitoste político de derechas). Por supuesto, Dolman tiene que morir mientras salva a su sobrino para que los muñecajos rescaten su espíritu en un nuevo muñeco. Así, el Dolman se volvería loco y sus propias criaturas tendrían que acabar con él.
Ya tenemos un nuevo Dolman de catorce años, que descubrirá poco a poco que quiere ser una auténtica 'muñeca'. Volveremos a saber de ella una vez terminada la pubertad, cuando se halla convertido en una hermosa transexual.
Los muñecajos no acabarán de entender esos cambios y esta situación nos brindará las dosis de comicidad que necesitamos para hacernos un huequecito en el convulso mercado de la historieta internacional.
En esta nueva época los enemigos deben ser, principalmente, japoneses y suecos. Y nuestra bella y rabuda Dolman encabezará una campaña en pro del juguete tradicional con la ayuda de una pequeña fabrica de mujeres cincuentonas que han escapado de los abusos de sus maridos. El encargado de la fabrica es un supermarica gordo y bigotón (un agente jubilado del servicio de inteligencia británico que no pierde ocasión de relatarnos sus lances amorosos con cierto 00¿?).
Solo nos queda vivir de la mercadotecnia que generará nuestro personaje y su remozado ambiente aventurero. ¿Quién tomará el papel de la Dolman en su versión cinematográfica?
Ismael, el Lex Luthor de Tiera 69 (sí, el de los labios pintarrajeados y la peluca de colores, el lazo de Carolina Herrera al cuello...)
A nadie se le escapa que los muñecos infantiles son una fuente erógena de gran poder en la psique adulta. ¿Qué nuevos muñecajos preparará nuestra Dolman transexual? No hay límite alguna en este sentido.
Ismael, el Espermatozón Rodríguez.
Los de derechas...¿son de izquierdas en Inglaterra?
Eso da igual, hay que cargarla hacia el centro y hacia arriba como hacen los pueblos indios. Así siempre estaremos listos para las erecciones.
Ismael, el Espermatozón Rodríguez.
Publicar un comentario