'EL QUE SUSURRABA EN LAS TINIEBLAS'
"... volví el haz de luz hacia el sillón vacío y noté por primera vez la presencia de ciertos objetos en el asiento, algo ocultos entre los pliegues de la bata. Cuando los investigadores fueron a la granja, no encontraron esos objetos, tres en total. No había en ellos nada de específicamente horrible, pero sí en lo que permitían inferir. Aun ahora tengo momentos en los que creo dudar, momentos en los que casi acepto el escepticismo de aquellos que atribuyen la totalidad de mi experiencia al sueño, a los nervios o una alucinación.
Esos tres objetos, muy hábilmente construidos, estaban provistos de unas ingeniosas grapas de metal destinadas a fijarlos en unas estructuras orgánicas acerca de las cuales no me atrevo a formular ninguna hipótesis. Espero -espero fervientemente- que hayan sido moldeados en cera por algún extraordinario artista, a pesar de lo que me dicen mis más secretos temores. ¡Dios! ¡Aquel susurro en la oscuridad con su olor mórbido y sus vibraciones! Hechicero, emisario, habitante del más allá... aquel odioso y reprimido zumbido… y en todo ese tiempo, en aquel cilindro nuevo y brillante…pobre diablo… “Prodigiosa habilidad quirúrgica, biológica, química y mecánica…”
Pues los objetos del sillón, perfectos hasta el último y más sutil de los detalles, eran microscópicamente parecidos, o idénticos, a las manos y la cara de Henry Wentworth Akeley."
2 comentarios:
Lovecraft y Breccia: ¿hay que decir algo más? Bueno, que la edición española es muy chula.
Sabía yo que este post le iba a gustar a mi perse :)
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