Publicada en The Thing #15 (Charlton, 1954), todas las historias de este número están dibujadas por Steve Ditko. De entre todas, If looks could kill me parece la más interesante. Antes de empezar, una advertencia para las conciencias impresionables: estos relatos son de horror y bastante explícitos en cuanto a la violencia que muestran.
La historia empieza de forma idílica, un matrimonio que se despide en la puerta de su casa, él, cirujano, se va a trabajar mientras ella se queda en casa. Pero el apellido de él 'Savage' (feroz) y la advertencia de su mujer de que no vuelva a pelearse con un compañero, sugieren que hay más en este doctor de lo que parece.
La historia empieza de forma idílica, un matrimonio que se despide en la puerta de su casa, él, cirujano, se va a trabajar mientras ella se queda en casa. Pero el apellido de él 'Savage' (feroz) y la advertencia de su mujer de que no vuelva a pelearse con un compañero, sugieren que hay más en este doctor de lo que parece.
El doctor es interceptado en su camino por dos hombres, y aquí viene la parte sobrenatural de la historia, ya que uno de ellos es un hipnotizador que puede hacer lo que quiera con el poder de sus ojos. Así, con una simple mirada hace que el cirujano se desmaye y lo secuestran.
Cuando el buen doctor despierta en la casa, el hipnotizador convierte sus ojos en cenizas sin tocarlo, sólo con la mirada. ¡Los ojos le arden dentro de las cuencas!
Pero el doctor, que por algo se llama Savage, se lanza hacia él como un tigre, estrangulándolo. Curiosamente, esta muerte, que es la menos impactante, es la única que Ditko no muestra explícitamente; en cambio, deja una viñeta fantástica, un primer plano de la cara del estrangulador con esas cuencas negras llenas de cenizas y las gotas de sudor que le cubren la cara.
Luego, se dispone a realizar una delicada operación: a ciegas, alcanza el maletín en el que guarda su instrumental quirúrgico, y lo usa para hacerse un trasplante de ojos, directamente desde la cara de su raptor a la suya.
Savage descubre rápidamente que el poder del hipnotizador estaba en sus ojos. Ahora él tiene el poder y ningún problema en usarlo. Tras quemar con la mirada el cuerpo del raptor, quema la mano y la cara de su ayudante sin ninguna compasión. Y Ditko tampoco tiene ninguna compasión con los lectores de estómago débil, no señor.
Ahora viene la sorpresa que no puede faltar en este tipo de historias, la puerta del apartamento se abre y aparece la mujer de Savage, mente pensante y organizadora del plan para matar a su marido y repartir su dinero con sus dos compinches, ahora muertos. La lógica de Savage es aplastante y el castigo ejemplar: "No tuviste corazón al aliarte con esos dos para matarme, ahora te vas a quedar de verdad sin corazón." Y quema el corazón dentro del pecho de su mujer. En el primer plano de la segunda viñeta, Savage, que parece el diablo - o al menos, un diablo- comienza a pensar en el uso que va a hacer del poder que le dan sus nuevos ojos. Ese compañero de trabajo con el que está enfrentado será el próximo.
Pero entonces, Savage comete una torpeza fatal. Al mirarse en un espejo para ver sus nuevos ojos, y sin tener todavía un total control sobre ellos, se quema a sí mismo. Como suele pasar en las historias de Ditko, los malvados, incluído el doctor, pagan por sus acciones.
¡Ugh! Creo que me estoy mareando... La historia completa, en este slideshow. (Click en él para leerla)
5 comentarios:
Jodó!. Vaya historieta más acojonante!!. Ditko sigue sorprendiendome!. Gracias por rescatarla!.
Tiene viñetas totalmente impactantes.
De todas maneras, es raro ver en una historieta de este tipo, y concretamente de este autor, que el mal pague por sus acciones, no?.
IMPRESIONANTE!
¡¡ Que gran historia !!.
Eso si que era sabor EC...
La señora Savage es Betty Brandt, clavadita. ¿O no?
Sí..todas las mujeres de Ditko se parecen.
En las historias de Ditko, el que la hace la paga, Osukaru. En esta mueren todos los personajes.
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