domingo, 15 de febrero de 2009

Alan Moore y el Cine (II)

(…) Pero fue bastante bien. No hubo repercusiones desagradables. Aún no he visto la película, ni pienso hacerlo. Pero pasó sin ninguna desavenencia.

The League of Extraordinary Gentlemen fue la siguiente película que se hizo de mi obra. Y tomé la misma posición con esta película, que dejaría que Hollywood siguiera adelante con ello. No iría a verla cuando estuviese terminada. Aceptaría el dinero que me diesen por ella. Pero mantendría la distancia entre la obra y la versión filmada, como había hecho con From Hell.

Pero empezaba a encontrarme un poco incómodo. Porque me daba cuenta de que, aunque en mi cabeza hubiese una distinción muy clara de las diferencias entre el comic y la película, el espectador medio ni siquiera sabe que está basada en un comic. Y, si lo saben, probablemente asumirán que la película es un reflejo bastante fiel del comic.

Y yo empezaba a encontrarme incómodo con eso. Porque me parecía que, por mucho que me gustase pensar que había distanciado mi obra original de la adaptación cinematográfica, me dí cuenta de que, para la mayor parte del público, ése no era en absoluto el caso. ¿Y qué podía decir yo? Eso empezaba a hacerme sentir incómodo. Luego tuvimos un problema con un pleito.

Fue después de que la película se hubo estrenado, The League of Extraordinary Gentlemen. Parece ser que un guionista de Hollywood había interpuesto una demanda contra los creadores de la película, sugiriendo que habían robado la idea de un grupo de personajes Victorianos que él les había propuesto en un guión de unos años antes.

No es que ninguno de los personajes de mi comic estuviesen incluídos en la lista de personajes de su guión. Pero creo que algunos de los personajes que se habían añadido a instancias del estudio, como Dorian Grey y posiblemente Tom Sawyer, que un par de estos personajes, tenían algún parecido con los de su guión.

La persona que demandó al estudio se dio cuenta de que éste era un caso un poco lioso, dado que la película estaba basada en mi comic –al menos supuestamente- y que por eso no podía demandar sólo a la película. Se argumentó que, aparentemente, el presidente de 20th Century Fox, o alguien importante dentro de 20th Century Fox, había robado las ideas de su guión y luego me había llamado –porque parece ser que somos muy buenos amigos- y me había sugerido que escribiese The League of Extraordinary Gentlemen como una pantalla de humo para encubrir su acto de hurto creativo. A lo que yo accedí, por lo que parece, así que hice el comic The League of Extraordinary Gentlemen puramente para cubrir el robo que alguien de la 20th Century Fox había perpetrado.

No tengo ninguna lanza que romper en favor de la honradez de la gente de la industria del cine. Por lo que yo sé, la gente de 20th Century Fox podría haber robado las ideas de esta persona. Pero lo que me molestó de verdad es que esto se había redactado de manera que parecía que yo había tomado parte, y además que tomo mis ideas de los escritores de Hollywood, quienes, para ser sincero, no son la gente por la que más respeto literario siento.

Parecía que la industria del cine, con la que yo no quería tener nada que ver, de repente estaba arrastrando mi nombre por un pequeño caso sucio y untuoso. Entiendo que la causa no iba contra mí, pero mi nombre se había visto envuelto.

Así que fui a Londres, a las profundidades del Soho, donde fui examinado durante 10 horas mediante videoconferencia, estuve hablando y contestando a todas las preguntas que me hicieron los abogados defensores de la Fox y el abogado del demandante. Fue muy aburrido.

Además, durante el curso de este juicio, me revelaron que uno de los productores de la película, aparentemente en broma, había enviado emails traviesos a la gente que interpuso la demanda diciendo que sí, que sabía con seguridad que yo había robado la idea de The League of Extraordinary Gentlemen del guión de este otro tío, y luego había firmado los emails con un seudónimo falso.

Obviamente, corté todo contacto con esta persona. Pero él parecía estar totalmente alucinado por mi reacción, porque “Sólo había sido una broma”. Supongo que fue una de esas bromas de Hollywood, siempre las puedes identificar porque la verdad es que no tienen gracia.

Pero broma o no, se comunicaba con alguien que había interpuesto una demanda basada en la idea de que yo había robado mis ideas de un guionista de Hollywood. Les había mandado un email diciendo que sí, yo lo había hecho – por hacer una broma.

Parece ser que ésto fue lo que hizo que 20th Century Fox perdiera el caso, por lo que pude entender. Porque no fueron capaces de explicar apropiadamente esa broma. Y creo que llegaron a un acuerdo con los demandantes, que es casi como decir “Sí, lo admitimos, todas vuestras alegaciones eran ciertas”.

En ese momento decidí que no quería volver a tener nada que ver con la industria del cine por el resto de mi vida. La industria del cine me pareció totalmente podrida. Ni siquiera es un medio al que tenga demasiado afecto, para ser totalmente sincero. Hay muchas cosas de las que disfruto más que de una película.

(…) Así que decidí que la única posición que podía tomar en el asunto sería rechazar cualquier pago futuro que pudiesen hacerme por películas hechas de mi obras (…) y en consecuencia, pediría que quitasen mi nombre de las películas.


(Del libro 'Alan Moore's Exit Interview' -2007-)

No hay comentarios: