"Así lo ha dictaminado una resolución firme un tribunal federal de los EE.UU. que determina que los mutantes de Marvel no pueden ser considerados humanos sino que son una nueva especie"
En cierta forma algo muy parecido había pasado con las barriguitas a comienzos de los años ochenta cuando en la Eastern State Penitentiary de Pensilvania se intentó acabar con el sistema separado (confinamiento solitario) para presos extremadamente agresivos y los condenados a la pena capital. Al introducirse barriguitas como dispositivo disciplinario mediante el cual se les hacía responsable a cada uno del bienestar físico de una muñequita. Con ello se pretendía instaurar una mirada policial formativa entre la sociedad carcelaria. Una cierta especie de veneración religiosa por la blanda disciplina burguesa de la delación. Las pocas imágenes que se encuentran en internet resultan de una angustia existencial delatora de ese intento fracasado del menoscabo social infringido por el delincuente a la sociedad: tíos con la cara cruzada de cicatrices y ogros de 150 quilos portando su muñeca barriguitas en el bolsillo de la chaqueta cual paquete de tabaco. La argumentación propuesta por los detractores de ese metodo disciplinario para su cese fue, por cierto, justamente la contrari a al ejemplo de los mutantes. Ya que consideraban la humanidad lejana y ambigua de aquellos muñecos como parte del fuego del desarraigo y el amor de la masculinidad. Aunque también pudieron existir razones económicas, pues, como se apuntó en un informe del gobierno canadiense muy posterior, el hecho de que las fabricación de los muñecos se traslara a otro estado puedo ser razón más que suficiente para otorgar el sello de humandidad a la barriguitas. Justo ahí es donde mucho después surge una idea similar como es la del Tamagochi taiwanes. O el Nintendo Dogs, en España, que hoy se emplean para la reinserción de presos por delitos monetarios y de fraude fiscal (cambiando la figura de las mascatas caninas por la de un marciano muerto de hambre de algún planeta del tercer mundo en las galaxias), con el consiguiente ahorro para nuestras arcas públicas públicas. Ya que ni es necesario arrastrar el gasto que un ser todomultimillonario conlleva en una prisión, los aceites, televisores, ingenios portátiles de última generación, gastos de electricidad, gas y agua corriente, que se unirían a la persecución jurídica de esta gravante población carcelaria. En fin, ejemplos de la discriminación económica a la que se ven sometidos mutantes y seres de la máxima excepcionalidad monetaria como los altos ejecutivos bancarios o los creadores de grandes empresas-paraíso como El Corte Inglés nos sobran. ¡Libertad para todos ellos! ¡Dejad en paz a las familias (mutantes! ¡Destructores...
Cuidadín que creo que Soraya y Rajoy pretenden presentar entre las próximas medidas un Acta de Registro de Superhumanos fundamentada en esta sentencia... ;-D
4 comentarios:
A por ellos!!! Llamen a Stryker!!
En cierta forma algo muy parecido había pasado con las barriguitas a comienzos de los años ochenta cuando en la Eastern State Penitentiary de Pensilvania se intentó acabar con el sistema separado (confinamiento solitario) para presos extremadamente agresivos y los condenados a la pena capital. Al introducirse barriguitas como dispositivo disciplinario mediante el cual se les hacía responsable a cada uno del bienestar físico de una muñequita. Con ello se pretendía instaurar una mirada policial formativa entre la sociedad carcelaria. Una cierta especie de veneración religiosa por la blanda disciplina burguesa de la delación. Las pocas imágenes que se encuentran en internet resultan de una angustia existencial delatora de ese intento fracasado del menoscabo social infringido por el delincuente a la sociedad: tíos con la cara cruzada de cicatrices y ogros de 150 quilos portando su muñeca barriguitas en el bolsillo de la chaqueta cual paquete de tabaco.
La argumentación propuesta por los detractores de ese metodo disciplinario para su cese fue, por cierto, justamente la contrari
a al ejemplo de los mutantes. Ya que consideraban la humanidad lejana y ambigua de aquellos muñecos como parte del fuego del desarraigo y el amor de la masculinidad. Aunque también pudieron existir razones económicas, pues, como se apuntó en un informe del gobierno canadiense muy posterior, el hecho de que las fabricación de los muñecos se traslara a otro estado puedo ser razón más que suficiente para otorgar el sello de humandidad a la barriguitas. Justo ahí es donde mucho después surge una idea similar como es la del Tamagochi taiwanes. O el Nintendo Dogs, en España, que hoy se emplean para la reinserción de presos por delitos monetarios y de fraude fiscal (cambiando la figura de las mascatas caninas por la de un marciano muerto de hambre de algún planeta del tercer mundo en las galaxias), con el consiguiente ahorro para nuestras arcas públicas públicas. Ya que ni es necesario arrastrar el gasto que un ser todomultimillonario conlleva en una prisión, los aceites, televisores, ingenios portátiles de última generación, gastos de electricidad, gas y agua corriente, que se unirían a la persecución jurídica de esta gravante población carcelaria.
En fin, ejemplos de la discriminación económica a la que se ven sometidos mutantes y seres de la máxima excepcionalidad monetaria como los altos ejecutivos bancarios o los creadores de grandes empresas-paraíso como El Corte Inglés nos sobran. ¡Libertad para todos ellos! ¡Dejad en paz a las familias (mutantes! ¡Destructores...
Ismaelon
Manda huevo !!!
Cuidadín que creo que Soraya y Rajoy pretenden presentar entre las próximas medidas un Acta de Registro de Superhumanos fundamentada en esta sentencia...
;-D
Impacientes Saludos.
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